Las niñas deciden ser gemelas.
Crean su propia religión.
Y dicen:
Hemos sobrevivido a la infancia
Este es el tiempo
Ahora que pensamos sin límites y sin freno
Ahora que todavía no hemos alcanzado la edad
Ahora que somos irresponsables
Hay que seguir nuestros impulsos irracionales
Antes de que la edad se encargue de frenarnos y asustarnos
Este es el tiempo
El tiempo de la perversión
Ahora que todavía somos inocentes

Desde ahí construye Angélica Liddell sus personajes y sus textos, una visceral concepción del sufrimiento, de la fragilidad y la crueldad humana. Tuve la suerte de descubrirla en Y como no se pudrió Blancanieves, obra de la que estuve apunto de salirme, por la crudeza y el desasosiego con los que Angélica da vida a niñas grandes y pequeñas. Pero aguanté, sobreviví a Angélica, una náusea reprimida, que logra mover conciencias, y encender críticas. Después volví a tener el honor con Perro muerto en tintorería, “donde un puto perro cobra más que un puto actor”, y ahora, buscando información para este post, he vuelto a asistir a otro momento dramático digno de mi aplauso, Angélica Lidell ha subastado sus bragas por ebay partiendo de una puja de 500 euros. Ella es así, genial.

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