EL DESCUBRIMIENTO ACCIDENTAL DE UNA ARTISTA.
En 2007, John Maloof un fotógrafo estadounidense adquiere una caja llena de negativos, cintas de super 8 y algunas fotografías en una subasta. Al parecer, un guardamuebles de Chicago las había puesto en venta tras el impago de su alquiler. Maloof se documentaba para un libro sobre el barrio de Chicago NW Side. Tras desechar este material y ponerlo a la venta de nuevo a través de internet, un critico e historiador de arte, Allan Sekula, se pone en contacto urgente con él para convencerle de que dejara de despedazar semejante legado artístico.
Tras revelar mas de 100.000 negativos Sekula encuentra el rastro de una de las fotógrafas más importantes de los años 50 hasta los 90. Vivían Mayer muere 2 días antes de que comenzase su búsqueda.
Vivian Meyer, hija de emigrantes judios pasó su infancia entre Francia y Estados Unidos. Tras el abandono de su padre, ella y su madre convivieron una época con una pionera de la fotografía: Jeanne J. Bertrand, de donde se cree que naciera su vocación. Gran parte de su vida la dedicó a ser una niñera a la que una cámara la acompañaba a todos lados. Gran parte de su legado permanecía sin revelar ya que no se lo podía permitir y no le enseñaba a nadie las fotografías reveladas. Así hablaban de ella algunas personas que cuidó siendo pequeñas:
- Era socialista, feminista, crítica de cine y campechana. Aprendió inglés yendo al teatro porque le encantaba. Solía llevar chaqueta de hombre, zapatos de hombre y un sombrero grande. Estaba tomando fotografías todo el tiempo y luego no se las enseñaba a nadie.
Siendo mayor se quedó sin casa y 3 de los niños que había cuidado se hicieron cargo del alquiler de un apartamento en el que vivió hasta que en 2008 se resbaló en el hielo golpeándose la cabeza, 4 meses después, dos días antes de que iniciasen su búsqueda, de convertirse en una celebridad en el mundo de la fotografía, muere.
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